Los probióticos son aliados esenciales para fortalecer el sistema inmunitario en todo el cuerpo, incluyendo la vulva. Descubramos qué son, qué hacen y cómo incorporarlos a nuestra rutina.
¿Has oído hablar de los probióticos? Probablemente sí, sobre todo si te apasiona la salud y el bienestar. Esto se debe a que son auténticos multiusos, responsables del correcto funcionamiento de muchas partes de nuestro cuerpo, incluyendo la vagina. Pero ¿qué son específicamente? Su nombre significa "para la vida": son microorganismos vivos compuestos por bacterias y levaduras, vitales para proteger el cuerpo de patógenos y microbios. Son una auténtica patrulla de vigilancia disponible las 24 horas, los 7 días de la semana.
Esenciales para la salud intestinal, los probióticos también están presentes en la zona vaginal y son cruciales para reforzar sus defensas naturales y ayudar a prevenir naturalmente molestias comunes. Al igual que el resto del cuerpo, la vagina también tiene su propia microbiota, o flora vaginal, que se equilibra cuando la diversidad bacteriana es baja y las bacterias predominantes son los lactobacilos. Estos son los principales responsables del equilibrio y la salud del entorno vaginal, ya que producen ácido láctico y peróxido de hidrógeno, necesarios para mantener un pH óptimo y expulsar bacterias dañinas.
Los probióticos están presentes de forma natural en nuestra zona vaginal, pero algunas acciones incorrectas pueden alterar este preciado equilibrio. ¿Algunos ejemplos? Jabones fuertes, ropa ajustada y sintética, y duchas vaginales y lavados excesivos.
¿Cómo restablecer el equilibrio perfecto? Evite lavarse la zona íntima en exceso: lo mejor es refrescarla solo con agua y usar un limpiador específico y suave solo una o dos veces al día. Otras buenas prácticas incluyen usar ropa holgada, elegir ropa interior de algodón y ducharse inmediatamente después de hacer ejercicio. Finalmente, los suplementos dietéticos específicos son excelentes aliados para restablecer el equilibrio de la flora vaginal.
Además, los prebióticos, cuando se utilizan en tratamientos cosméticos como nuestro Refreshing Mist, pueden fortalecer la microbiota natural de la piel aumentando el crecimiento de bacterias buenas, refrescando la zona íntima entre lavados y calmando el picor y el enrojecimiento.